Somos Nilda y Paula. Compartimos este proyecto que comenzó con la fascinación por la transmisión de saberes como experiencia humana básica. A partir de esto, nos pusimos a pensar en el valor de la insistencia que se pone en juego en la repetición ritual de lo artesanal.

Y nos encontramos con un mapa. Este mapa es interminable y nunca se queda mucho tiempo igual. Apareció el Entintador, que repara en itinerarios y revela rutas. Estamos ahora en exploración de las cartografías que nos marca a veces en la tela, otras en papel o en la piel; en palabras, escritas, nombradas, hechizadas.

Te invitamos a hacer tu recorrido.

miércoles, 25 de junio de 2014

III

Dormir es lo más fácil del mundo: sólo hay que cerrar los ojos, y se cierra el día. Cerrar los ojos, nada más. En tiempos normales de soles y lunas, dormir es tan irresistible como estar vivo. Como respirar.
Pero existen tiempos en los que todo cambia, y lo que era ya no es más. En tiempos como esos, cerrar los ojos puede ser el final: cierras los ojos y se cierra el mundo, o te traga el abismo. Para siempre.
Lo que se acaba es el tiempo; lo que llega, la oscuridad.
El Entintador lo sabe mejor que nadie, lo sabe cada vez. Y también lo sabe ella, la que sueña. Pero todavía no ha encontrado el sueño que se lo cuente. Cuando lo haga, habrá llegado el momento.
El Rey de la Lluvia hace rato que llegó.

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puntadas que dibujan caminos

puntadas que dibujan caminos
S/T bordado sobre papel