Hay una hora en la
madrugada cuando la luz susurra “¿qué pasaría si no volviera nunca?” Y la noche
se desmorona sobre los párpados, y el miedo te trepa por el cuerpo con la
promesa de no soltarte nunca, hasta que el mundo entero retiene el aliento para
ver si está realmente solo o queda alguien más que lo salve. Espera que sí,
pero no sabe...
A esa hora llega el
Entintador y entra sin que los guardias ni los búhos ni los espías den muestra
de notarlo.
Había fantasmas por el patio. Se amontonaban junto a los rescoldos de alguna fogata a la que no se atrevían. Y velaban porque no podían dormir. Y no actuaban porque no podían despertar. Era una pesadilla vivir y soñar. Daba lo mismo. Se habían acostumbrado
Había fantasmas por el patio. Se amontonaban junto a los rescoldos de alguna fogata a la que no se atrevían. Y velaban porque no podían dormir. Y no actuaban porque no podían despertar. Era una pesadilla vivir y soñar. Daba lo mismo. Se habían acostumbrado
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